Tabla de contenidos
El primer día de trabajo es muy importante porque, ni más, ni menos, que vas a conocer a tu jefe y a tus nuevos compañeros de trabajo. Si bien es cierto, que no va a marcar de una forma definitiva tu carrera profesional, sí que definirá, de alguna forma, el marco de las relaciones que vas a establecer en esa nueva atmósfera laboral. Tu actitud, tus aportaciones y tu comportamiento serán los primeros indicios que tus nuevos compañeros de trabajo tengan para saber algo de ti. Serán las claves para que configuren una idea del tipo de persona con la que tendrán que colaborar para desarrollar los trabajos o los proyectos del departamento en el que estés integrado. Por esta razón, conocer los detalles para saber como afrontar ese reto profesional, te servirá de ayuda para manejar esa nueva situación y salir victorioso del primer encuentro.
Claves para encajar en el primer día de trabajo
Antes de salir de casa es conveniente que tengas información un poco más detallada de las personas con las que vas a trabajar. Si ya conoces el nombre de tu feje o de alguno de tus compañeros, no está de más que busques en redes sociales relacionadas con el trabajo para conocer un poco más a fondo la experiencia, la formación y las capacidades de las personas con las que vas a trabajar a diario, a partir de ahora. Esta información, aunque sea muy básica, te permitirá tener recursos para saber cómo encajar en ese nuevo entorno laboral.
Otra premisa importante en el primer día de trabajo es estar seguro de tus competencias. Es decir, la experiencia que sumas, todo aquello que puedes ofrecer a tus nuevos compañeros y al departamento en el que te vas a integrar. Esa seguridad te aportará tranquilidad y, es justamente, eso lo que vas a transmitir cuando llegues a la nueva oficina. Este detalle es relevante porque si muestras una actitud de inseguridad, a causa de los nervios, se puede confundir con falta de competencias profesionales. Y se trata justo de demostrar que es lo contrario. Accedes a un nuevo puesto de trabajo porque tienes méritos más que suficientes para desempeñar tu nuevo rol.
Aspectos que parecen irrelevantes pero no lo son
Si hay posibilidad, pásate por la oficina o por los alrededores para poder observar cuál es el ambiente de las calles y de las personas que trabajan por la zona. Aunque parece un detalle irrelevante, no lo es tanto. Es crucial que puedas mimetizarte con los compañeros de trabajo. En pocas palabras. Se trata de que no desentones. Si tu entrada a la nueva oficina es demasiado formal o demasiado casual, serás el foco de atención, únicamente por tu imagen, y eso ocultará tus capacidades para desempeñar el trabajo.
En tu primer día de trabajo tienes que aprender a saber estar. Estas dos palabras parecen vanas, pero encierran el secreto que ayudará a no desencajar y no parecer que estás en tu nuevo puesto como de prestado. Si te sientes incómodo, intimidado o raro por la nueva situación o porque aún no tienes las herramientas para trabajar, tus compañeros lo va a percibir. Por tanto, actúa en cada momento con normalidad. Si tienes que esperar a que te instalen un programa informático o que te faciliten material o formación, opta por ser paciente y ser el primero en entender que eso, también, forma parte del trabajo.
Proactividad y colaboración
Sé una persona proactiva, espontánea y colaborativa. No dudes en presentarte uno por uno a tus nuevos compañeros de trabajo. Es tu primer día de trabajo y tu primera oportunidad para empezar a forjar lazos relacionales con los que van a ser tus colegas. Sé simpático, agradable y colaborativo. Si observas que puedes echar una mano en cualquier tarea, no dudes en ofrecer tu colaboración. Tus compañeros agradecerán ver que tienes disponibilidad para aportar tu granito de arena y eso es muestra de tu voluntad en arrimar el hombro. Tanto la proactividad como la colaboración son dos aspectos muy valorados en el entorno laboral.
Si superas esas primeras barreras que son inevitables para todos, te habrás ganado unos puntos extra de valoración y te sentirás realizado en tu nuevo puesto desde el minuto cero. No es sencillo, pero si dedicas un tiempo de reflexión a analizar los posibles escenarios con los que te puedes encontrar en tu primer día de trabajo tendrás la tranquilidad de llegar a tu nuevo destino con los deberes hechos.
Coffe break
Y, por último, pero no por ello menos relevante, ten en cuenta que ese primer día puede ser la ocasión ideal para acercarte a tus compañeros en un entorno más cordial. Aprovecha el coffe break de tu primer día de trabajo para conocer otros aspectos de tus compañeros de trabajo como sus aficiones o sus preocupaciones en el entorno labora. Te servirá para tener más información de la que tú puedes obtener por tus propios medios. Sabrás si tus compañeros están saturados de trabajo o el grado de presión laboral. En definitiva, esta estrategia te ayudará conocer, un poco más, cuáles son los aspectos que no trascienden ni en una oferta laboral, ni en una entrevista de trabajo. Y, además, podrás empezar a empatizar con las personas que vas a tratar en el día a día.
La formación es tu mejor aliado
Si has podido tener un primer día de trabajo es porque te has formado y te has preparado para poder acceder con todos los méritos a esa oportunidad laboral. Es cierto que se trata de un proceso complejo en el que influyen muchos factores. Sin embargo, hay uno decisivo. Se trata de la capacitación académica y de la formación. Por ello, en AULA 10 ponemos el foco en educar y formar a nuestros alumnos para que, primero, tengan una oportunidad laboral y, segundo, triunfen en sus puestos de trabajo y consoliden su formación para ascender puestos en una empresa. Nuestro equipo de docentes se vuelca con nuestros alumnos para que su futuro sea estable y triunfen allá donde vayan. Visita nuestra página web y contacta con nosotros. ¡Te esperamos!
