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¿Qué es la tanatopraxia y la tanatoestética?
Hay trabajos que a muchos pueden parecerles un poco raros. Tal vez unos de los más excéntricos y peculiares sean la tanatoestética y tanatopraxia, que no son otra cosa que las técnicas para dar un mejor aspecto a los cadáveres.
Aunque ambas actividades van de la mano y, por supuesto, se realizan durante la etapa post mortem, no deben ser confundidas. En ese sentido, la primera pregunta que habría que definir para explicar sus diferencias es: ¿Qué es la tanatoestética?
La respuesta es muy sencilla, pues se trata de las prácticas que se realizan sobre un cadáver para darle un mejor aspecto a la hora de ser expuesto ante sus seres queridos durante el velatorio. En palabras más simples, se trata de la peluquería y el maquillaje de los difuntos.
Por otro lado está la tanatopraxia, que se centra en la higienización, conservación o embalsamamiento del cuerpo de los fallecidos.
El trabajo que hacen estos profesionales tiene una gran significación a nivel social, pues se encargan de preparar a los muertos para que tengan el mejor aspecto posible y, de esa forma, ayudar a los amigos y familiares a superar el trance por la pérdida de su ser querido.
Diferencias entre tanatopraxia y tanatoestética
Cuando una persona muere y la llevan a la funeraria, el primero en intervenir es el experto en tanatopraxia. Muchas personas que desean dedicarse a este ámbito se preguntan: ¿Cuál es el trabajo de un tanatopractor?
En primer lugar, este se encarga de limpiar y desinfectar el cuerpo, con el objetivo de eliminar las bacterias que aceleran la etapa de la autolisis, que es el proceso que ocurre cuando una célula se autodestruye, lo que causa la putrefacción. Asimismo, también extrae cualquier aparato o dispositivo, como marcapasos y prótesis.
Pero quizá la labor más complicada que tiene un tanatopractor sea la de restaurar y, en algunos casos, incluso reconstruir el cadáver, con la finalidad de disimular cualquier golpe, marca o daño que pueda haber tenido a causa de algún accidente o enfermedad.
Después de que este profesional haya embalsamado el cuerpo y lo haya colocado en los soportes para exhibirlo durante el velatorio, es cuando entra en acción el tanatoesteticista.
Este se encargará de aplicar el maquillaje y la peluquería en la persona que murió. Pero no solo eso, también tiene la tarea de afeitar el rostro, arreglar las uñas y dar color a la cara con rubor y otros cosméticos. Incluso puede llegar a implementar productos con látex para eliminar imperfecciones.
¿Por qué estudiar tanatopraxia y tanatoestética?
Son varias las ventajas de dedicarse a estas prácticas. La tanatopraxia y la tanatoestética tienen poca competencia, pues no todo el mundo tiene el valor para dedicarse a la realización de estos procedimientos.
Aunque no hay estudios universitarios oficiales, la oferta privada es bastante amplia. En la actualidad, existen cursos que enseñan a sus estudiantes todas las habilidades necesarias para desempeñarse como técnico en el área.
Por otro lado, la remuneración de estos trabajos suele ser buena. Una persona que se dedique a la tanatopraxia o a la tanatoestética puede llegar a cobrar, dependiendo del lugar en el que trabaje, de 1.700 a 2.100 euros mensuales.
Hay que destacar que se trata de un mercado estable, pues la muerte es algo inevitable y completamente natural. Tan solo en España existen unas 1.600 empresas dedicadas a los servicios funerarios, con unos 30.000 a 40.000 trabajadores.
Un forense, por ejemplo, puede efectuar cursos de estas actividades y completar su formación laboral, con lo que conseguirá no solamente ampliar su currículo, pues también adquirirá la posibilidad de diversificar su ámbito laboral.
A la hora de escoger un curso, se debe elegir uno que contemple prácticas reales, pues de este modo la persona podrá comprobar si realmente es buena para dedicarse a estas tareas. Y mucho mejor si se encuentra uno con acreditación o reconocimiento que avale los estudios realizados.
